Las serpientes tienen un sistema nervioso bien desarrollado y una
inteligencia intermedia entre la de los peces y la de los mamíferos.
Muestran una marcada capacidad de adaptación a la vida en cautividad
y algunas pueden llegar a ser bastante mansas.
Los miembros de muchas especies se muestran nerviosos y excitables
cuando son capturados, pero suelen responder rápidamente al buen
trato y los cuidados.
Cuando se sienten amenazadas en su estado natural, algunas
serpientes ejecutan exhibiciones de amenaza muy elaboradas; las
inofensivas pueden llegar a parecer más peligrosas que las
venenosas. Aunque carecen de voz, muchas veces emiten siseos a gran
volumen.
Muchas serpientes hacen vibrar la
cola cuando están excitadas y, si se encuentran entre hierba seca,
producen así un sonido perfectamente perceptible. El caso más
llamativo es el del cascabel córneo de las serpientes de cascabel,
que llega a vibrar con una frecuencia de 50 veces por segundo de
promedio. El sonido resultante, al igual que el siseo, es una
advertencia a los enemigos, no una señal para atraer a otros
individuos de la misma especie. Cada vez que la serpiente experimenta
una muda, lo que ocurre entre una y cinco veces al año, se añade un
nuevo segmento al cascabel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario