Cambian la piel y la cubierta
exterior de las escamas córneas de forma periódica, por lo general,
en una sola pieza, incluyendo la cubierta dura y transparente de los
ojos, o anteojos, que les protege la visión, puesto que las
serpientes carecen de párpados móviles y los ojos permanecen
constantemente abiertos.
Tienen el cuerpo cubierto de escamas,
compuestas de un material epidérmico córneo, dispuestas en hileras
regulares y, por lo general, solapadas como las tejas de un techo.
Las escamas de los costados y el dorso son más pequeñas que las de
la parte superior de la cabeza y las de la superficie ventral
(inferior). Las escamas de la superficie dorsal (superior) pueden ser
lisas o presentar un resalte alargado o quilla; otras modificaciones
de las escamas permiten la aparición de pequeños bultos y diminutos
agujeros.
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